Fue un partido divertido y bien jugado, enriquecido por algunas jugadas y una serie de toques de altísima calidad y realmente espectaculares, como los primeros tres goles.
El anfitrión fue el justo ganador, porque mostró ideas más claras y un mejor estado de forma: en suma, jugó mejor.
La "Samp" reaccionó con orgullo y cinco minutos más tarde encontró el empate con Eder (34') también el brasilero puso un gran gol, controlando sobre la media luna para colocarla de derecha, con comba, a la izquierda de Brkic.
En el complemento, Di Natale (52') anotó otro golazo, esta vez el delantero recibió un centro alto entrando apenas por derecha y, tras haberle ganado la posición a su marcador, aprovechó del pique del balón en el suelo para tocarlo de primera y dibujar una especie de globito que no le dejó chances a Romero.
Por segunda vez el anfitrión se distrajo un poco tras la ventaja y concedió en poco tiempo dos clamorosas chances para igualar a la visita: primero falló Brkc, quien se dejó escapar un disparo bastante simple de atrapar y el balón casi se metía adentro, más tarde Sansone se escapó por izquierda, metió una buena gambeta y desde posición casi imposible sacudió un zurdazo con una trayectoria impensada, que se estaba metiendo dentro de no ser que tomó un poco de comba hacia afuera justo al último instante y terminó por impactar en la parte interna del palo más lejano.
Así, con algo de suerte también, Udinese superó indemne su momento de bajón, de manera que en el resto del partido pudo controlar la maniobra y jugarse la contra, esquema con el que se volvió muy peligroso gracias al ingreso de Muriel, el colombiano y Di Natale, en efecto, protagonizaron algunas buenas jugadasque sin embargo no lograban concretizar para liquidar el trámite, dejando así que una Sampdoria poco brillante pero muy atenta siguiera con vida.
Pero cuando faltaban pocos minutos Romero cometió un error grosero, despejando de manera horrible en los pies de Muriel (87'), y el delantero albinegro aprovechó para controlar con calma, tomar la puntería y firmar el definitivo 3 a 1 con un derechazo rasante.
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