La única motivación del encuentro para el local, más allá de la gran fiesta de celebración por la obtención del título, era igualar dos de sus propias plusmarcas, una, de la temporada 1931-1932, en que la "Vecchia Signora" obtuvo diez victorias consecutivas, tampoco podrá igualar los 91 puntos de 2005-2006, Scudetto obtenido bajo la dirección de Fabio Capello, pero uno de los dos que le fueran retirados por el caso "Calciopoli" de amaño de partidos.
En ataque les faltó algo, pero mucho se debió al tempranero 1 a 0 de Ibarbo (12'), quien, cerca del área rival, se metió entre Marchisio y Barzagli para luego definir con eficacia (y algo de suerte) el mano a mano contra Storari.
En efecto, la ventaja determinó que el equipo de López jugara un poco más de contra y no se concentrara tanto en la jugada decisiva en los últimos diez y seis metros, si bien algo crearon.
Fue en el complemento que Juventus dió lo mejor, adueñándose de la cancha y de la iniciativa y empezando a crear una buena cantidad de ocasiones, el empate estaba en el aire y efectivamente llegó bastante temprano, a la hora de juego, cuando Vucinic (61') la empujó con el arco libre, desde pocos pasos, tras una gran acción de Vidal. Por la fuerza y la convicción con la que estaban jugando, la impresión es que los bianconeri iban a encontrar el segundo gol y así podían vencer el encuentro, sin embargo, la defensa de Cagliari estuvo realmente impecable y concedió poquísimo, logrando así aguantar, a veces con mucho sudor y algún escalofrío.
Al final la "Vecchia Signora" tuvo que conformarse con un empate, que de todas maneras no disminuyó para nada la alegría, la felicidad y la emoción por la divina fiesta de premiación, en la que Juventus levantó la copa del Scudetto, la segunda consecutiva.
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