No empezó muy bien el equipo local, que a pesar de haber creado algo en fase ofensiva, no jugó con la intensidad y la precisión a la que nos tiene acostumbrados.
El desafío se le puso mal al local a la media hora, cuando con una gran jugada personal Icardi conquistó un penal que Maresca se ocupó de transformar en el 1 a 0, lamentablemente para Sampdoria y por él mismo, el joven delantero argentino no logró ser decisivo en dos ocasiones que podían liquidar el encuentro, una enseguida después del gol y otra en el complemento, ambas terminadas con dos disparos pésimos.
Entre esas dos chances, al final de la primera etapa, Catania se lamentó justamente por un penal que Romero cometió sobre Bergessio, pero que el referí no cobró, de todas maneras, en la segunda etapa, enseguida después del susto por la buena chance de Icardi, los azulgrana se adueñaron de la cancha y dominaron el encuentro.
El local empezó a empujar y en ese momento se vieron todos los límites defensivos de la Sampdoria, al mismo tiempo que todas las muy buenas variantes de Catania, el empate llego, cuando Bergessio le bajó la pelota a Paglialunga al límite del área y el volante sacudió un gran derechazo "tres dedos" que astilló el palo y se metió adentro.
Diez minutos más tarde fue el mismo Bergessio quien anotó, la defensa visitante se durmió terriblemente, pensó que Marchese no hubiese alcanzado un balón que se iba para el fondo y así se dejó encontrar impreparada cuando llegó el centro que el delantero argentino, solo, cabeceó sin problemas al gol.
Catania no se conformó con la ventaja y siguió atacando, haciendo de la mentalidad ofensiva el mejor recurso para no concederle nada a su adversario, al final, los sicilianos liquidaron definitivamente el trámite con el 3 a 1 que Castro, bien asistido por el mejor del partido, Bergessio, definió con un certero mano a mano justo en el minuto 90.
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