La selección irlandesa de fútbol cayó derrotada en
Dublín ante Grecia (0-1) en un partido amistoso que sirvió para poner en
evidencia las dificultades que tienen ambos de equipos para anotar.
Ni siquiera el carácter
amistoso del partido animó al seleccionador irlandés, el italiano
Giovanni Trapattoni, a cambiar su tradicional 4-4-2 por el 4-5-1 que le
piden algunos de sus jugadores para frenar a los rivales y elaborar más
juego.
Aún así fueron los hombres de Trap quienes salieron
más decididos a apretar desde el inicio a los pupilos que dirige el
portugués Fernando Santos.
A los pocos segundos del pitazo
inicial, un centro del lateral Stephen Ward fue interceptado con la mano
en el área visitante por el defensa del Paok, Kostas Stafylidis, quien
con tan solo 18 años debutaba hoy con el combinado heleno y se
estrenaba con un claro penal que no pitó el colegiado.
Irlanda llegaba con superioridad numérica a las bandas y a los diez
minutos el otro lateral local, el joven Seamus Coleman, mandó un centro
perfecto a la cabeza del ariete Simon Cox, quien libre de marca remató
muy desviado el día que sustituía al capitán y máximo artillero
irlandés, Robbie Keane, ausente por lesión.
Ahí murió el
buen fútbol combinatorio que, hasta ese momento, había entretenido a los
pocos aficionados Verdes que se desplazaron hasta el Dublin Arena.
Con una Irlanda ya
replegada, a la media hora de juego Mitroglou conectó con Samaras y el
capitán griego asistió a Jose Holebas (29') para que el jugador del Olimpiacos
se girase en el balcón del área y mandase el balón al fondo de las
mallas.
Un potente disparo del joven centrocampista del Hull City Robbie Brady,
ya en el tiempo de descuento, estuvo a punto de igual la contienda, pero
se topó con el meta Orestis Karnezis.
De los varios cambios introducidos por Trapattoni en la segunda mitad
solo uno tuvo un efecto significativo sobre el juego de Irlanda, pues a
través del centrocampista Wes Hoolahan aseguró mejor la posesión y
comenzó a amenazar a la defensa contraria.
Hoolahan se hizo con
la manija del partido y, aunque no le acompañó el resto del equipo, a
excepción quizá de Coleman, le demostró al técnico italiano que tiene un
sitio en el once inicial.
Con 30 años ya, el medio del Norwich City pone cara a las
críticas que vierten los aficionados y la prensa sobre Trap, conservador
por naturaleza y partidario de utilizar a un número reducido de
jugadores.
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