En los primeros compases del encuentro, el Real Valladolid elaboraba de lado a lado y abogaba por una salida de balón a ras de césped de la que extrajo un disparo desde la frontal del área de Omar.
El Granada se dió cuenta de que el Real Valladolid sufría cuando se le presionaba, por eso subió la línea de presión, obligando así a que hombres como Ebert u Óscar se acercasen más a los medios centros para no perder la fluidez ofensiva.
En una de éstas, el angoleño Manucho controló un centro desde la izquierda dentro del área y respondió con una chalaca que se marchó por encima del arco del Granada, oportunidad aislada para los de Djukic, que no encontraban la profundidad en los metros finales que el Granada, con muy poco, sí hallaba en virtud de su mayor verticalidad, aunque también con escaso tino.
El partido deambuló hasta el tiempo de descanso devorado por las imprecisiones de uno y otro y el tedio, tónica que prosiguió en el segundo período, el Real Valladolid tenía más posesión y conseguía arrinconar a su contrincante, aunque sin ningún tipo de desborde, ya que sus hombres más avanzados estaban demasiado estáticos.
El Granada estaba cómodo en la contención mientras esperaba su oportunidad al contragolpe, no en vano, cada vez se incrustaba más dentro de su área, lo que propició que el Real Valladolid adquiriese más profundidad y acumulase nuevas ocasiones que no acertaron a anotar Manucho y Ebert.
Pero el angoleño sí acertó en un buen pase interior de Óscar en el minuto 63 de partido y fusiló a Toño y estableció el 1-0 justo cuando más cerca estaba de merecerlo el Real Valladolid.
Un gol que provocó que el Granada se despojase de las ataduras defensivas que le lastraban en este segundo período y se lanzase de nuevo a presionar la salida de balón blanquivioleta, aunque al Real Valladolid no le tembló el pulso.
De este modo, un centro de Omar desde el costado obligó a Toño a realizar una intervención más que meritoria tras un cabezazo de Manucho, dando paso a una fase más desbocada, en la que uno y otro llegaban bastante sueltos a posiciones atacantes.
El Real Valladolid no perdió la compostura ante los arreones corajudos del Granada en los últimos minutos, basados en balones en largo a la frontal del área, y salvaguardó la renta obtenida que le sitúa con dieciocho puntos tras trece jornadas disputadas.
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