Con este triunfo, los albinegros finalmente salieron del negativo y atraparon a Cagliari en el antepenúltimo escalón de la clasificación, que ambos comparten con dos unidades, mientras que los emilianos se quedaron con cuatro puntos y se ubican junto a Pescara en la decimoquinta plaza.
Fue un partido muy difícil para el local: en efecto, los rojo y azul bajaron a la cancha muy bien, jugaron un fútbol eficaz e inteligente y lograron crear una cuantas ocasiones para pasar en ventaja. Sin embargo, Bologna tuvo que hacer las cuentas con Pégolo, la figura del partido, quien tapó todo, desde lo más fácil hasta las más complicadas como un gran cabezazo de Gilardino y un disparo tremendo de Morleo desde larga distancia, pero muy difícil de atajar por velocidad y trayectoria.
Con el pasar de los minutos, sin embargo, la cosas fueron cambiando porque Bologna mermó físicamente mientras que Siena mantuvo el ritmo.
Los locales aprovecharon de un agujero en el medio de la cancha de la visita para armar una buena jugada, Ze Roberto cortó en diagonal y se llevó un central, Calaió recibió entre líneas, tomó la puntería y le pegó de zurda, con el balón que se desvió en Antonsson, cambió dirección y se metió en el fondo de la red (61')
Bologna no tuvo la fuerza de recuperar, mérito también de un Siena que se defendió muy bien y con grande atención, pero sobre el final Bologna protestó justamente por una falta sobre Gilardino en el área, que el referí no cobró pero debía porque el delantero visitante fue evidentemente tocado.
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