HOLANDA TERMINA SU GIRA ASIÁTICA CON TRIUNFO SOBRE CHINA

Holanda completó su gira por Asia con una segunda victoria en otros tantos partidos gracias a los goles de Robin van Persie (pen. 12') y Wesley Sneijder (66') que dieron al combinado holandes un triunfo por 0-2 sobre una China que terminó con diez jugadores en Pekín.
 Los "orange", entrenados por Louis Van Gaal, querían un tiempo caluroso y húmedo, similar al que esperan encontrarse dentro de un año en la Copa Mundial de la FIFA Brasil 2014 para irse adaptando al clima tropical, pero en lugar de eso se encontraron con una noche fría y un campo mojado por la lluvia que, en todo caso, les sirvió muy bien para encadenar un juego rápido y eficaz.
China empezó el partido con bríos, robando balones en campo holandés, pero todo fue un espejismo, porque en el minuto 10, en la primera jugada de peligro holandesa, un derribo de Zhang Linpeng a Robben otorgaba un penal para los europeos que Robin van Persie convirtió en gol.
Tres minutos después, China confirmaba su rendición al quedarse con uno menos, por la expulsión de su centrocampista Qin Sheng tras una fuerte entrada a un jugador rival.
El resto del partido se vió afectado por esas dos acciones, y quedó la duda de si el conjunto chino hubiera sido capaz de hacer frente a Holanda en igualdad numérica. 
Robben, el héroe de la reciente final de la Liga de Campeones, tuvo un mano a mano fallido ante el portero, aunque en todo caso fue el jugador más activo de su equipo, sobre todo en la primera parte, y jugó un importante papel en los dos goles.
En la segunda mitad, Van Gaal hizo saltar al campo a Wesley Sneijder, para gran alegría de los aficionados chinos, y el cambio permitió que Holanda se oxigenara y aumentara aún más la velocidad de sus ataques, aunque la mala puntería de Van Persie y la falta de suerte mantuvieron inmóvil el marcador en los primeros compases.
Al menos hasta el minuto 65, cuando Robben, una vez más, lideró un ataque y dió un pase al área a Sneijder, quien de espaldas a la portería se sacó de la manga un gol de tacón que celebraron, resignados, los aficionados chinos.
El partido era el primero que la selección china jugaba en Pekín en más de nueve años (desde su amarga derrota en la Final de la Copa de Asia, en el mismo Estadio de los Trabajadores), y terminó con el mismo marcador que el anterior amistoso que chinos y holandeses habían disputado, en 1996, en aquella ocasión en Holanda.

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