San Martín y San Lorenzo dieron un pobre espectáculo al
igualar 0 - 0 con escasas situaciones de peligro. Muy poco para un
partido que apuntaba a más.
Gran contraste mostró el
fútbol argentino en este fin de semana, por un lado estuvo la emoción y
la dinámica de los partidos de Tigre y de Boca, por el otro estuvo el
cuidado, el miedo a arriesgar y la mesura de All Boys - Godoy Cruz y el
de San Martín contra San Lorenzo.
San Martín de San Juan complicó a San
Lorenzo con la potencia y velocidad del colombiano Humberto Osorio, San
Lorenzo apenas si llevó peligro al arco de Ardente por un remate de
Mercier, poco juego para dos equipos que necesitan sumar y generar
expectativas en su público.
El complemento fue aún más pausado, lento y sin situaciones que levanten de la silla al espectador, aún así, y cuando el partido se encontraba en el punto muerto por excelencia, llegó la jugada de mayor riesgo de la noche, Alarcón ganó de arriba en el área del Ciclón y provocó una atajada descomunal de Migliore, pero, tras un rebote que tapó un defensor, el arquero volvió a contener esta vez ante Osorio.
El despertador sonó para San Lorenzo y para el partido, el equipo de Pizzi contestó con una contra en la que Aguiar disparó con potencia haciendo reventar el travesaño, el uruguayo se quedó mirando al cielo como pidiéndole a los dioses una explicación.
Los nervios jugaron a favor del espectáculo, el miedo a perder ejerció sobre los jugadores como un imán de errores que provocó más situaciones, el partido se abrió, pero sin precisión ni imaginación, el empate en cero terminó siendo una consecuencia directa de lo, poco, que hicieron en el campo de juego.
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