En un partido de la fecha 11 del campeonato italiano de fútbol,
disputado en el estadio San Paolo di Nápoles, el equipo local igualó con
Torino por 1 a 1, con goles de Edinson Cavani y Gianluca Sansone.
Con este resultado, Nápoli suma 23 puntos y queda en la tercera
posición, a 5 del líder Juventus, mientras que Torino ahora tiene 11
unidades y comparte con Pescara la treceava ubicación.
El resultado fue correcto: a pesar de ponerse en ventaja enseguida,
aprovechando con su gran goleador un grosero error defensivo del rival,
Nápoli no supo rematar el partido, le regaló la pelota a Torino y acabó
sufriendo el empate, en tiempo de descuento, producto de otro grosero
yerro de un defensor, Aronica.
El equipo celeste parece estar sufriendo una involución
preocupante, especialmente desde el costado físico y atlético: de hecho,
los minutos finales del partido, en pasado
eran el mejor momento de Nápoli, mientras que en los últimos tiempos se
han transformado en su peor pesadilla.
Torino, por su parte, mantiene el invicto como visitante, si bien con
un único triunfo y cinco igualdades, y en este caso lo logró disputando
un buen partido, bien
organizado y con gran actividad por los costados.
En el comienzo, en ocasión de un saque de banda desde la
derecha de Campagnaro, la defensa visitante "se durmió" y Hamsik, quien
le ganó en el pique a Gazzi, pudo recibir en el área, llegar hasta el
fondo y meter el centro atrás, Gillet alcanzó a manotear el balón pero
sin retenerlo y Cavani (6') no tuvo más que empujarlo adentro, a dos pasos de
la línea de sentencia.
A pesar de la ventaja, Nápoli se mostró inusualmente
pasivo y Torino, si bien sin producir muchísimo, paulatinamente fue
ganando espacio y, sobre todo, el manejo de la pelota, hasta crear
alguna ocasión, esencialmente en jugada de pelota parada y gracias a ese
indomable delantero que es Rolando Bianchi, la figura del
partido.
Tal situación táctica se confirmó y hasta profundizó en la segunda
etapa, el
ingreso de Insigne pareció darle un poco de vivacidad al ataque local, y
Nápoli tuvo la posibilidad clara para cerrar el partido a pocos minutos
del final, Insigne gambeteó muy bien en la mitad de la cancha,
levantó la cabeza y metió el pase, profundo y vertical, para la corrida
de Hamsik, lanzado en el clásico carril del "diez". El volante gambeteó
al arquero pero luego quedó con poco ángulo, por encima la pelota tuvo
un pique irregular y su remate se fue contra la parte externa de la red.
Luego Aronica, quien había ingresado por Dossena para reforzar el
sector defensivo, ya en tiempo de descuento metió un horrible pase hacia
De Sanctis, demasiado corto pero perfecto para habilitarlo a Sansone (90'),
quien se fue mano a mano y definió sin problemas.
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