DESLUCIDO TRIUNFO MILLONARIO

River Plate, muy distante de su mejor momento y de sus más destacadas producciones, le ganó 3-1 al modesto Chapecoense de Brasil en el partido de ida por los cuartos de final de la Copa Sudamericana que se desarrolló en el Monumental.
El equipo de Marcelo Gallardo hasta se puso en ventaja por intermedio del cotizado uruguayo Carlos Sánchez (19'), pero Maranhao (36') sorprendió a todos al darle forma al 1-1 con que concluyó el parcial.
Recién en la segunda parte Leonardo Pisculichi (63'), valiéndose de su exquisita pegada, estableció el 2-1 al definir con maestría de tiro libre por encima de la barrera. El 3-1 que redondeó y maquilló el el tanteador de nuevo lo marcó Sánchez (86') al recoger cerca del área chica una asistencia de Sebastián Driussi, culminando así una secuencia en la que hubo varios rebotes.
Y así ganaron los "Millonarios", con poco si se tiene en cuenta la historia de cada uno de estos clubes. Agrava esta situación que el problema no es nuevo, dado que a River le cuesta todo desde que comenzó la etapa post conquista de la Copa Libertadores de América y Suruga Bank, y lamenta bajas como la del defensor internacional Ramiro Funes Mori. La vuelta se realizará el miércoles próximo en el Arena Condá, en Chapecó, estado brasileño de Santa Catarina.
Gallardo decidió juntar hombres de buen pie en el mediocampo y juntó a Pisculichi, Driussi y Lucho González; con Carlos Sánchez llegando por sorpresa por la banda derecha y Rodrigo Mora como faro por todo el frente de ataque.
Milton Casco hizo su mejor jugada desde que llegó al club, cortó en su campo y empezó a trepar por izquierda como en sus mejores tiempos en Newell's, ganó en la carrera, llegó al fondo y tiró el centro atrás
para el ingreso de Sánchez, el uruguayo definió con clase contra un palo y puso el 1-0.
River había hecho lo más difícil, destrabar el partido, con la ventaja tenía el escenario allanado para empezar a crecer futbolísticamente y ampliar la cuenta pero otra vez cayó en un pozo. Chapecoense tomó nota y se fue animando, de un pelotazo frontal llegó el 1-1. Casco salió lejos, Maidana quedó mal parado y perdió en el mano a mano con Maranhao, que tocó por abajo ante la salida de Barovero. Silencio en el Monumental.
En el segundo tiempo, River tenía la obligación pero no tenía ideas y fue una vieja fórmula la que le devolvió la alegría, Pisculichi, el hombre de la gran pegada, el que tantas veces puso la pelota en la cabeza de un compañero para destrabar un partido complicado. Un zurdazo exquisito de tiro libre se coló en el ángulo
superior derecho de Danilo que se estiró pero no pudo hacer nada.
Al igual que en la primera mitad, la ventaja no mejoró demasiado a River, generó poco el equipo de Gallardo, volvió a quedar en deuda en ofensiva y sufrió demasiado ante un equipo débil.
Sobre el final, llegó el tercero que le dio más tranquilidad, tras una buena jugada de Pity Martínez y una serie de rebotes en el área, Danilo no pudo sacarla, la defensa visitante tampoco hizo pie y tras una corajeada de Driussi, Carlos Sánchez la empujó para el 3-1.
Fue justo el triunfo, lo ganó bien River pero sigue sin ser aquel equipo que lucía suelto y se conectaba con justeza y en velocidad para atacar. El próximo miércoles irá a Brasil para intentar sellar su pasaje a semifinales y para seguir intentando reconstruirse como equipo. 

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