Con gol de Riccardo Montolivo (25'), Milan le ganó de visita a Chievo en el
estadio Bentegodi de Verona por 1 a 0, un éxito que le permite al Diávolo treparse momentáneamente al
segundo escalón de la tabla, que ocupa en soledad con 57 unidades.
Fue un partido terriblemente aburrido, condicionado de manera
evidente por las pésimas condiciones de la cancha, totalmente embarrada y
muy cargada de agua, a pesar del césped tan pesado y complicado, los
rossoneri no renunciaron al juego por el piso y, curiosamente, tampoco
lo hizo el equipo local, al final la mayor calidad de la visita fue la
que le garantizó el control de la maniobra y, por ende, el triunfo.
Ocasiones de gol hubo muy pocas y casi todo el encuentro fue un
desafío personal entre Balotelli y Puggioni en jugada de tiro libre,
casi todos desde los 25 metros mínimo, fue en el desarrollo del primer
remate de "SuperMario" en jugada de pelota parada que llegó el 1 a 0: el
delantero disparó fuerte, el balón bajó y tomó comba, el portero
anfitrión logró atajar pero concedió rebote, que Montolivo aprovechó
llegando primero que todos y empujándola adentro con el arco libre.
Con la ventaja Milan se tiró un poco para atrás y planteó un partido
más de contra que de dominio, pero a pesar de su actitud más atenta la
reacción de Chievo, en los primeros 45 minutos, estuvo toda en una
jugada por derecha que terminó con un centro bajo desviado y una atajada
en dos tiempos de Abbiati.
En el complemento el guión no cambió mucho, Balotelli siguió
pegándole muy fuerte al arco a cada tiro libre a disposición, poniendo
siempre el disparo entre los palos pero sin lograr superarlo a
Puggioni, el Diávolo se vio bastante apático y las pocas
ocasiones de verdadero peligro, casi siempre fruto de una iniciativa
personal de Balotelli o de El Shaarawy, terminaron con una falta de
Chievo o un centro en un área vacía, puesto que los rossoneri seguían
muy poco las jugadas de ataque.
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